sábado, 28 de febrero de 2009

Había una vez un maestro...


A puertas de iniciar el Año Escolar 2009 y con el ánimo de generar una reflexión sobre nuestra labor docente y su importancia en la formación de seres humanos, quiero dedicar a los maestros de mi patria, fragmentos de un cuento titulado Cuentos Paralelos (anónimo) :
Había una vez ... una escuela con un solo maestro que tenía la misión de enseñar todas las asignaturas. Este docente que no era especializado en ninguna, preparaba muy bien sus clases para cumplir con eficacia su labor.
De él se decía que tenía mística, vocación y un modo extraño de dinamizar el aprendizaje; en Matemáticas enseñaba la honradez: se aprende a hacer cuentas y a manejar los números – decía- para no engañarse, ni engañar a los demás. Enseñaba a multiplicar servicio, o a sumar cooperación, a restar mala voluntad y a dividir ganancias y virtudes entre todos. Unía la matemática con las Sociales, relacionando operaciones con el tiempo y el espacio.
Hacía recorridos geográficos por el mundo y por la historia, resaltando las bondades de los protagonistas. Valoraba no solo a los inventores, los líderes y los generales, sino también a los soldados, a los indígenas, a los campesinos y a los labradores.
Enseñaba a amar el arte , los artistas, las obras y los artesanos, mostraba la belleza de la naturaleza y la conectaba con la gratitud a Dios.
Unía la vida del Universo con la del ser humano y con la de todas las criaturas en el área de las Ciencias Naturales… Mostraba la importancia de la comunicación con palabras decentes, optimistas, sutiles y respetuosas …hacía volar la imaginación con símbolos que tuvieran significado para la vida, la familia, la patria, la identidad y el sentido de pertenencia a la Madre Tierra.
Creía en el juego y se confundía con sus muchachos en movimientos lúdicos que llenaban de alegría y espontaneidad el aprendizaje…
Era un profesor que reflejaba actitudes de amor para su trabajo. Para él , dictar clase era un medio de formación holística. Entendía que los valores no se enseñan, sino que se integran al trabajo, se viven, se sienten. La ética era una costura con la que tejía los saberes, siendo consecuente y dándose a sí mismo. Más que a la mente, llegó al corazón de los jóvenes.
¡¡¡¡¡FELIZ AÑO ESCOLAR 2009!!!!